Recuerdos de Sociedad Anónima Cros

Por José Luis Sánchez-Garrido R.
19 de agosto de 2012

Por fin en Albolote, aunque en esta semana  iré a Antequera, a la Real Feria de Agosto, y sobre todo a los Toros, y después el  27 de agosto, me reincorporaré de forma definitiva, me refiero a que doy por terminada las vacaciones.

A las dos de la tarde me  llama D. Benjamín Cabrera Coto, agricultor que vive en La Rinconada (Sevilla), me comenta que su padre trabajaba en S. A. Cros, en San  Jerónimo,  y que ya falleció, ellos son nueve hermanos. A su padre le llamaban el “Willi”,  y era muy conocido precisamente por ello por su numerosa prole. Ciertamente he escuchado este  nombre muchas veces, pero no le pongo cara. El amigo Benjamín, me dice que le gusta leer lo que escribo sobre recuerdos de S. A. Cros en este blog, que es lo que me anima a realizar estas líneas.

Yo en la Fábrica San Jerónimo estuve aprox. desde 1986 a 1992, cuando se pusieron allí las Oficinas de División Abonos Líquidos, en una parcela colindante donde  había  viviendas  para diverso  personal directivo,  pero que en aquellos entonces solo había  una habitada, las demás habían sido demolidas, salvo una que fue la que se arregló para las Oficinas de Abonos Líquidos, en la primera planta, y abajo el almacén de repuestos de Coprisa.

Recordar en definitiva es una manera de agradecer. Y efectivamente hemos de agradecer muchas cosas a S. A. Cros, empresa catalana 100 por 100 y dedicada a la química industrial, en buena medida a los fertilizantes.

S. A. Cros, era una empresa de película, me refiero a una empresa con valores muy tradicionales, donde se respetaba a tope una serie de principios básicos, tal como el compañerismo, el respeto a los demás, la seriedad en el trabajo, el mantenimiento del compromiso establecido, el salvaguardar el honor y el buen nombre de la Empresa.

La Central en Paseo de Gracia, 56, en Barcelona, en un edificio realmente impresionante,   con muchísimos empleados no sé podría haber  500 a lo mejor en Paseo de Gracia, en aquellos años, me refiero al año  65-66, los ordenadores estaban apareciendo y eran de un tamaño físico gigantesco, y de capacidad pequeña. Así que era la época todavía de los “manguitos”, es decir el brazo cubierto por una especie de calcetín, para que de tanto rozar con la mesa, no se estropeara mucho la chaqueta. En aquellos años para poner una conferencia telefónica, pues aparte de lo caro, tenía demoras de una hora, o dos o tres. De malas carreteras,  carreteras peligrosas de circulación lenta, trenes más lentos aún. Ir a Barcelona pues en coche cama, a mis me gustaba más que ir en avión.

En Sevilla, estaba el Jefe de Zona Comercial de Andalucía, en aquellos tiempos Sr. José Fontenla Sánchez-Escribano, después había un Subjefe, Don Francisco de la Torre, un tiempo, hasta que salió jubilado Sr. Fontenla.

En cada provincia había una Delegación Comercial con 8-10 personas trabajando, incluso en provincias como Granada, había otra Delegación en Baza, y en Málaga, una segunda Delegación en Antequera, siendo el Delegado D. Francisco Checa.

En las Delegaciones, estaba el Delegado, uno, dos o tres “viajantes”, el tesorero, el botones  y no sé tres o cuatro administrativos.

Cada Delegación tenía Representantes a comisión en numerosas localidades que procuraban abarcar todo el mapa y almacenes depósito, manejados por personal ajeno.

En Andalucía, pues si memoria no me falla, se le facturaba a unos 8.000-9.000 clientes, lo cual hacia una cantidad de cuentas enormes, y una administración muy compleja.

En Andalucía tenía S. A. Cros una Empresa con Explosivos Riotinto, que era PROQUIBER  (Productos Químicos Ibéricos), que fabricaba  superfosfato en polvo. En Andalucía, Proquiber tenía una fábrica de súper en polvo en Málaga, que ya cerró hace muchísimos años.

La Fábrica de San Carlos de Superfosfato en polvo, en Sevilla, lo que hoy es pleno Centro,  yo no la vi  funcionando, pero si estuve varias veces, en los solares y naves que quedaron,  así como la vivienda del Director, que lo fue, Sr. Carvajal.

En San Juan de Aznalfarache la fábrica era una joya histórica, construida por los alemanes, a final del siglo XIX, era una fábrica que en mi modesta opinión, yo sufría cuando la iban a demoler, pues formaba parte de un patrimonio histórico industrial, que no se cuidaba de él. Hoy ya si noto cierto aprecio, porque la industria, diremos con muchos años, no termine a cota cero,  sino como museo industrial o una reconversión  a Feria de Muestras, o algo parecido.

Las enormes vigas de madera, de la fábrica San Juan, fueron limpiadas y enviadas a las Baleares, por los derribistas, para  chalets, como elemento decorativo y constructivo.  También se llevaron las piedras redondas que formaban el empedrado del suelo. Mucho plomo de las cámaras de sulfúrico.

Yo tenía pues un museo prácticamente, con piezas antiguas de la fábrica. Cuando anunciaron el cierre yo estaba de viaje, y al volver no había nada en el museo se le había dado permiso al personal que se quedaba sin trabajo que se llevase lo que quisiera. Me queda de recuerdo un medidor de lata, para medir el volumen de aceite, de la tienda para el personal que había dentro de la Fábrica. La tienda me refiero al ECONOMATO para los empleados.

En la fábrica había una planta cerrada de hace muchos años, que en su tiempo fue una residencia para el personal de la empresa que venía de la Central de Barcelona, para no tener que ir a Hoteles. Yo  encargué abrir aquella planta, el polvo tenia no menos de un metro de altura, en una planta de no menos de 350 metros. Con paciencia y con el personal de fábrica, fuimos limpiando aquello, y bueno descubrimos la Residencia tal como era seguramente 50 años atrás, que llevaba cerrada, allí pusimos el museo. Museo perdido o mejor dicho diseminado.

En aquel año 65, el “súper polvo” y el “sulfato amónico”, estaban dando paso a los complejos, era el fin de una etapa, la etapa del súper en polvo y el comienzo de otra, los complejos granulados. Nunca estos pasos son rápidos, ni la desaparición de unos, ni el establecimiento de otros. Pero se sabía que la fabrica de San Juan, no tenía mucho futuro, y se hizo poco a poco la Fabrica de San Jerónimo, que también hacía súper polvo, pero básicamente como materia prima de complejos, y ya en muchas mayores cantidades. La Fábrica de San Jerónimo, creo que se puso allí básicamente por el ff.cc. y con una superficie de más de 300.0000 metros cuadrados.

Sr. Tomás Castellá, fue el director que con pocos medios y mucho esfuerzo, inició el proceso, primero fue el granulado uno, después el granulado dos, y por último el granulado tres, el primero creo que era de 250 tdas. día, el segundo de 500 tdas. día y ya el número tres era un obra faraónica, de 1.000  tdas. día. Creo recordar unos meses que estuvieron los tres granulados en marcha, después se cerró, el núm 1, posteriormente el 2. Yo  creo recordar el que en la fábrica trabajasen un total de ,al menos, 350 personas. En la fábrica se hacia súper 18  y también súper triple, tanto en polvo como granulado.

Después estuvo como director Sr. Antonio Bernal (valenciano de nacimiento, que   posteriormente fue trasladado a Málaga), y por último Sr. Enrique Hernández Barrientos, con los tres tuve una buena relación, especialmente con el último, en el sentido de una intensa y activa colaboración.

A mí se me invitaba a todos los actos que organizaba fábrica, y se me ponía en el estrado, podemos decir cerca del director, y junto al equipo Directivo,  Sres. Llona,  Cesar Fernández de Diego,  Vladimiro  Rodríguez,  Vázquez, y alguno que le veo ahora su cara, pero que no le pongo nombre en estos momentos.

En Cros todo el personal llevaba mucho tiempo trabajando. Era una empresa para “toda la vida”, y así, asistía a la Copa de Navidad, con todo el personal de Fabrica, incluso recuerdo con regalos para todos. En aquella fábrica estaba D. José Luis Benítez Martínez, después brillante director de la fábrica de Lérida que falleció muy tempranamente.

Un problema de fábrica era la difícil evacuación de aguas, en el Invierno, aquello se hacía realmente casi un embalse, era un problema.

Las visitas a ver la fábrica eran continuas por parte de otros fabricantes extranjeros, y prácticamente a todas asistía yo, para enseñarle los Abonos Líquidos. Las plantas de granulados, una filial de Cros,  INCRO  (hoy  filial de Fertiberia), vendía la tecnología por el mundo, y así por ejemplo Sr. Llona, estuvo en la puesta en marcha de plantas con tecnología Cros, en Filipinas, Venezuela, Grecia, y no se cuantos puntos más.

Siguiendo con mi costumbre de recuperar elementos perdidos, un día antes de venderse las Oficinas de Parques de Paradas, fui con un equipo de trabajadores de fábrica a las mismas, se repitió lo de la Residencia de San Juan de Aznalfarache, después de no haber entrado en ellas nadie en 20 años, había un metro de polvo.  Así que con paciencia se fue limpiando.

Las Oficinas tenían un techo raso bajo, que hacía pensar claramente en un falso techo. Ordené que rompieran un poco, para ver que había encima, y acerté, encima a dos metros del falso techo, había un techo artesonado que era una maravilla. Era como desempolvar una Oficina de un siglo de antes.

Pero bueno solo nos llevamos a San Jerónimo una cabina de teléfonos, un reloj de pared, algunas carpetas antiguas de documentos, y una o dos mesas muy antiguas. Ya no había nada más, al cerrarse, se lo habían llevado a otro sitio.

El Delegado Comercial de Sevilla, era Sr. Rafael López Villafrela, Sr. Rafael Pérez  Minchón de Huelva,  Sr. Antonio Almenara de Córdoba,  D. Francisco Sánchez Peña de Jaén, D. Enrique Lozano Vela de Granada, Don Fernando Espinar Company de Almería,  D. Francisco Checa de Antequera, y en Málaga  Sr. Rafael Millán.

Eran  unos tiempos bonitos, pero los de ahora no son feos. Me refiero que la vida está en continua evolución. Periodos de tranquilidad, cada día son más problemáticos. La vida de una fábrica, es una organización en profunda y continua transformación, pues aunque hay que velar y cuidar los puestos de trabajo, antes que ellos está la competitividad, sino eres competitivo, la empresa no puede continuar, de ninguna forma, así pues viene la barbaridad, de que para  ser competitivo tienes que tener un mínimo de puestos de trabajo, tienes que automatizar, y mientras más automatizas, menos trabajo hay, y si hay más población.

Solución habrá que contener el aumento de la población, aunque suene una barbaridad.  Siempre me ha asombrado la capacidad de evolución empresarial, para subsistir como empresa, en cambio perpetuo.

Cada día habrá mucho más pescado de granja, por llamarlo así,  ya el rodaballo, la dorada, la lubina, el salmón, el lenguado son “cultivados”.  Y ello nos tiene que parecer normal, porque si el hombre quiere carne, no va a cazar “una vaca”, así ocurrirá con la pesca. Será un tema  la de pesca tradicional típico turístico probablemente. O de delicatesen.

En fin, son tantos lo acontecimientos en Cros, que un  lado mi memora no esta preparada para ello, la evolución no termina nunca. Seguiré poniendo notas del tema seguramente. Pues intenso lo fue.

Buenas tardes.