AMONIACO ESPAÑOL S. A. EMPRESA DE LA ESSO DESPUÉS DE S. A. CROS Y LA ORDEN DE LA ESCOBA DE ORO

AMONIACO ESPAÑOL S. A.   y la orden de “LA ESCOBA DE ORO”.

Por: José Luis Sánchez-Garrido Reyes.

Antequera 14 mayo 2023.

Todos los años, Amoniaco Español S. A, empresa de la Esso Estándar Oil Company de New Jersey en EE. UU, concedía cuatro o cinco galardones de ingreso en la “Orden de la Escoba de Oro”.

La empresa cuya fábrica en Málaga, una factoría impresionante, fue adquirida por S. A. Cros y, posteriormente absorbida por esta, de ahí por tanto pasara yo a nómina de S. A. Cros, donde estuve como Jefe de Abonos Líquidos para toda España durante unos veinte años, pero esa es otra historia que contaré otro día.

“La Muy Ilustre, Noble y Leal Hermandad de la Orden fue creada por iniciativa del Jefe de Formación de la Empresa Manuel Morón Salas, con el que mantengo contacto en la actualidad. De mente privilegiada y sorprendente por su agudeza, que siempre le ha caracterizado, todo un impresionante personaje con un currículo sin parangón.

Yo entré en la empresa como becario en 1965 y después ya continué como empleado fijo, con un sueldo que se acercaba a las 10.000 pesetas mensuales de entonces, y que ahora solo suponen 60 euros. Claro, en aquellos tiempos un café costaba dos pesetas, si la memoria no me falla. Es decir, ha subido algo más de cien veces. De todas formas, era un sueldo exiguo como ocurre en general con los becarios y con todos los que empiezan, así es la vida.

La fábrica fue inaugurada por el entonces ministro Gregorio López Bravo, allá en 1964, construida por una multinacional americana “Kellogg”, el personal contratado en buen porcentaje de amplia experiencia, fichados por Amoniaco Español S. A.

La nómina estaba formada por figuras más especializadas  desde luego de España y algunas del extranjero, con el sistema que no suele fallar de captación  de sueldos mucho más altos y trasladados a Málaga, formaba un panel de técnicos y personal especializado de  élite, como no era normal; ver en una empresa tal cúmulo de directivos y técnicos, formando un grupo de impresión. Era pues el estar en la plantilla de la Esso en Málaga, sin duda como si un futbolista va al Real Madrid. Yo simplemente entré como becario, por el hecho de sacar el número uno de la promoción de Peritos Agrícolas, que era el sistema vigente para los becarios de cada año, el que fuesen miembros destacados en los estudios.

Yo diría que todos queríamos estar en el Cuadro de Honor de integrantes de dicha Orden comentada. Y hacíamos lo posible por tal distinción. Había una competición, podemos decir por la superación, no por esta causa obviamente, porque la remuneración económica iba en relación con tu Evaluación Personal, en cuanto a lo que habías aportado a la Empresa.

Te daban un certificado de pertenecer a dicha Orden: Por “su dedicación y esfuerzo, en la consecución de los objetivos de la compañía, con limpieza y eficacia”, además de dicho certificado de nombramiento de Caballero de la Orden, se te entregaba un pisa corbatas con la escoba de oro, ambos los conservo con mucho cariño. Mi nombramiento está fechado en Octubre de 1968, cuando yo tenía solamente 24 años.

En la Sala de Consejos de Administración de la Empresa, estaba el cuadro, con los nombres de los que habían conseguido dicho honor. Hoy lo conserva en su casa Manuel Morón Salas y es, sin duda, una joya para la historia, el original.

Yo por fin, a los tres años de ingresar, es decir con 24 años conseguí, dicho honor.  Para mí, supuso un hito, soñaba con ello. Siempre he querido ser de los primeros en mi profesión, otra cosa es que lo haya conseguido o no. Pero no me puedo quejar, vaya que Dios me castigue.

Amoniaco Español S. A. como empresa 100 por 100 americana, tenía unas maneras empresariales muy diferentes a las que había en España, en aquellos tiempos.  Muchísimo más avanzadas y modernas, en las que me eduqué profesionalmente y que me han servido de mucho en mi vida de trabajo.

Los Cursos de Formación, hoy tan normales, en aquellos años no los había en empresas de este país. En Amoniaco Español S. A. eran habituales, generalmente duraban cinco días, recluidos en un hotel que solía ser de primer nivel; en aquellos tiempos se consideraba como un lujo y eran hoteles que utilizamos todos en nuestros desplazamientos que hacíamos en nuestro trabajo por política de empresa, esto tampoco era para nada normal en aquellos tiempos, me refiero por ejemplo al Hotel Wellington en Madrid, al Hotel Colón en Sevilla o el Majestic en Barcelona, éramos la envidia de empleados de otras empresas que iban a Pensiones u Hoteles bastante elementales.

Yo empecé de Hoteles caros, por política de empresa, con 21 años lo cual no es normal, así como restaurantes destacados invitando a clientes, los cuales correspondían de la misma forma con nosotros, es lo que había en aquellos tiempos en Esso Amoniaco Español, como política de empresa para que la misma tuviese un lugar de relieve y se nos recibía como si fuésemos una empresa más que determinante en toda la zona en la que operábamos.  Así que por avatares de la vida, siempre en restaurantes distinguidos, en lo más destacado de cada sitio, y si digo que lo que más me gusta es un plato de huevos fritos con patatas en lugares sencillos, a lo mejor no se me cree, pero es así, siempre han sido mis preferidos, los lugares más comunes donde más he disfrutado.  Puedo parecer raro, pero es simplemente así, al menos cuando estaba en activo.

Los sueldos eran más elevados que los de las demás empresas del sector de fertilizantes sin duda, aunque diremos mucho más discretos de lo que el público podría pensar, sueldos secretos, donde nadie sabía lo que ganaba un compañero y que era un requisito indispensable en la empresa, entre otros requisitos que había que cumplir, y que se firmaba al entrar en un documento llamado “Conflicto de intereses”, donde se especificaba nítidamente lo que no podías hacer  y cuya vulneración no era perdonada.

 En puestos del mismo nivel, el mismo puesto, pero con diferencias económicas, entre uno y otro empleado muy importantes debido a tu rendimiento y aportación a la Empresa. Otra característica de la Empresa era que te trasladaba o bien de puesto de trabajo o de residencia sin más contemplaciones, o lo admitías o te tenías que marchar de la misma. Y también, que en cualquier momento, podía destituirte sin más, ahora bien si te bajaban de categoría, no te bajaban el sueldo pero si te lo congelaban, que era empezar a ganar menos todos los años y si estaban contentos contigo, te ascendían y podías alcanzar puestos de mucha importancia, y te trasladaban a otras empresas de la Esso, en cualquier país.

También teníamos en Amoniaco Español S. A. otros cursos más breves, por lo general, en Hotel Málaga Palacio o en Hotel Alay en Torremolinos, en aquellos años en la cúspide de la hostelería y otros cursos en varias fases, tal como el PPD (Programa de Perfeccionamiento Directivo). Al final de todos había un acto donde se entregaba un Diploma, allí empezó mi colección de diplomas de alguna manera, te los daban enmarcados y todo, no los he contado, pero de Amoniaco Español tendré estimo que 14-15, en algunos de los últimos participé como ponente y en otro de Abonos líquidos de forma muy activa y diversa.

En fin, mucho ha llovido desde entonces, pero lo aprendido en Amoniaco Español S. A. fue bastante, la evolución de los tiempos finalmente hace que las empresas como las personas, tienen una vida que empieza y se acaba, se disipan y disuelven con los años.   El tiempo borra todo, es inexorable.

Te quedan los recuerdos y de los escritos  que yo tenía, hoy están donados al Archivo Histórico Municipal de Antequera, para los que quieran consultarlos en años futuros, ello ha sido así, debido al buen amigo Juan López García-Berdoy, secretario de la Real Academia de Nobles Artes de  Antequera, en la que está desarrollando un trabajo impresionante y altruista   y a la Sra. Mercedes Fernández Paradas, antequerana y Catedrática en la Universidad de Málaga, muy estudiosa de la historia de las empresas de la provincia, que estuvo en casa examinando  mi archivo profesional y estando de acuerdo  ambas partes, se llevó a cabo mi donación, ya que es el mejor sitio donde puede estar, que no se pierda y que sea estudiado por otras personas interesadas en el tema. Sugiero que el Archivo de empresas antequeranas y de la provincia, además de los personales, sean donados al Archivo Histórico Municipal de Antequera y que no se pierdan, lo cual es una práctica poco habitual, lamentablemente. Es como si las empresas no quisieran dejar rastro de la misma cuando los archivos antiguos no dejan de ser joyas para la historia.

Yo sigo con mi escoba de oro, eso sí, y con mi certificado, mientras viva que, por edad, no será lógicamente demasiado. Pero echo la mirada atrás, siempre mirando lo positivo en lo posible.  Lo desagradable, que sin duda también hubo, lo tengo olvidado. Al fin y al cabo, recordar es una manera de agradecer a la vida lo mucho que has recibido de ella. Y yo tengo que agradecer a la vida lo benevolente que se ha portado con Trini y conmigo en nuestra trayectoria, en la que ella siempre me ha ayudado a tope.

Esta pequeña redacción, se la dedico a uno de mis grandes maestros, que he tenido a lo largo de mi vida, unos diez más o menos los que así considero, como lo ha sido siempre Manuel Morón Salas, que reside en Málaga,  al que al igual que a los demás “maestros”  les profeso un especial cariño  por encima del tiempo.

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