ANTEQUERA: HISTORIA DESPUÉS DEL INCENDIO DE LA IGLESIA DE MADRE DE DIOS

Por: José Luis Sánchez-Garrido Reyes

24.FEBRERO.2022

El incendio de la Iglesia y Convento de Madre de Dios supuso un muy duro golpe para los antequeranos, que quedaron contritos, tristes, desorientados; Antequera se colapsó de llantos y temores. Se estimaba como una premonición de grandes catástrofes posteriores.

Fue una noticia terrible, los ciudadanos iban a contemplar las ruinas de la Iglesia y Convento, la mayoría con los ojos húmedos o llorando. El espectáculo era dantesco, se había quemado el corazón de Antequera. Las monjas se acomodaron en el Palacio de Villadarias y estudiaban cómo reconstruir la Iglesia con la idea de que fuese más grande y mejor que la anterior, para olvidar el episodio del incendio, todos los esfuerzos iban a ese fin encaminados, que la nueva Iglesia hiciera olvidar a la que hubo y se consiguió, siendo la Iglesia una autentica perla del barroco, por su elegantísima fachada impresionante y por el interior claro y de bellas líneas. Construido todo de ladrillo, excepto la preciosa portada. Una torre esbelta y airosa, la Iglesia es de una sola nave, con doble coro bajo y alto, todo el interior es curvas entrelazadas maravillosamente logrado. La impresión del conjunto es de una gran elegancia.

Las obras empezaron dos años después del incendio en 1747 y duraron 14 años, sin parar, en la portada aparece el año 1751, pero éste no es el año que se terminó la obra, sino cuando se acabó la portada; la obra duró hasta 1761. Al ser todos los trabajos muy manuales y artesanales en su construcción, como era propio de los tiempos, las obras se prolongaban mucho en el tiempo.

La veleta de la torre de Madre de Dios es preciosa, y sería bueno copiarla y ponerla también en otros sitios antequeranos.

Era el único templo donde se adoraba públicamente al Santísimo durante todas las horas del día, allí iban multitud de antequeranos antes de sus gestiones o compras en la Plaza de Abastos, sitio de abastecimiento tradicional, antes que las grandes superficies mermaran en mucho su actividad.

Antes de terminarse la reconstrucción de la Iglesia en 1759, se celebran en Antequera como en toda España diversos festejos con motivo de la proclamación del Rey Carlos III.

Y ya a finales de ese siglo, el 5 de mayo de 1789, es la fecha donde se comienza a hablar de la Revolución Francesa; realmente había antecedentes con el éxito de revoluciones en Estados Unidos, Irlanda y Holanda. Hay un fuerte rechazo de los ciudadanos ante el poder absoluto del Rey, porque había mucha desigualdad social, el pueblo pasaba hambre; con la Revolución, el clero pierde todos sus privilegios, Luis XVI de Francia es guillotinado y posteriormente la reina; las ideas de Libertad, Igualdad y Fraternidad han calado. Y en toda Europa se avecinan tiempos de cambio.

En 1798 fue promulgada en España la llamada “Desamortización de Godoy”, en definitiva, consistía en expropiar los bienes a La Iglesia y Órdenes Religiosas, pero de forma muy suave, los tiempos venían con aires muy diferentes; con la Revolución Francesa, se entra en lo que llamamos Edad Moderna.

Los tiempos venían mal, la Deuda Pública había aumentado enormemente, la Ley de 19-2-1836, conocida como “La desamortización de Mendizábal”, fue bastante radical y afectó tremendamente a los bienes de las Órdenes religiosas, a las que se les despojó de la totalidad de fincas rústicas y urbanas.

Al Convento de Madre de Dios, como a todos se le quitaron todas las casas y fincas que tenía que le producían rentas y que procedían de donaciones en vida o de testamentos. Estos bienes fueron subastados y el dinero se empleó para disminuir la enorme Deuda Pública del Estado. Los bienes de la Iglesia y sus Órdenes, no se podían vender, tampoco embargar, la Iglesia iba acumulando bienes, debido a testamentos que le hacían, eran lo que se llamaba manos muertas y los arrendaban no tenían otra alternativa.

En algunos casos, mucho más tarde hubo leyes posteriores para retornar a las Órdenes religiosas lo no vendido, pero era ya demasiado tarde, y además todas las Órdenes religiosas se quedaron sin las fincas rústicas y urbanas que tenían en arrendamiento. Los conventos de monjes se cerraron todos, menos el Hospital de San Juan de Dios y de monjas no todos, pero sí bastantes.

Todo iba bien, para las Iglesias y conventos en el siglo XVIII. Y todo fue peor que mal en el siglo XIX, a partir de 1800.

La ocupación de las tropas francesas en Antequera hizo estragos, saquearon todas las iglesias y conventos que pudieron, llevando en alta medida el patrimonio que pudieron salvo excepciones, entre ellos saquearon el Convento e Iglesia de Madre de Dios.

En Calle Cantareros estaba La Escuela de Cristo de la Congregación San Felipe de Neri desde el año 1672, que existió aproximadamente hasta 1940 en terrenos que fueron de las monjas y donde posteriormente se construyó el Cine Torcal.

En 1873, se declara la República en España, hay mucha convulsión; una de las provincias más conflictivas es Málaga, en Antequera obligan a las monjas a desalojar el Convento.

El convento e Iglesia de Madre de Dios, en sus mejores momentos de la historia era grandioso, impresionante, enorme su extensión, importante su organización, destacable su cantidad de bienes, donados por familias en general como herencias al mencionado convento, esperando con ello, los difuntos subir al reino de los cielos y propagar el cristianismo como la única religión verdadera.

Con la desamortización, se subastan los bienes del Estado y de la Iglesia, y el remedio fue malo, si bien el Estado consiguió dinero para disminuir la deuda, realmente a las subastas solo podían acudir aquellos que tenían dinero, en la mayoría de los casos no eran antequeranos sino de otros puntos de España o de incluso otros países, la propiedad cambió de manos, pero los problemas para los ciudadanos arreciaron si cabe. Y el futuro de la Iglesia ya se adivinaba como malo.

Antequera era una sociedad de nobleza y de piedad, o de piedad y de nobleza, la historia nos hizo así, y no hay que renegar, sino examinar sus puntos positivos, lo que fue, ha sido, lo que si podemos construir es el futuro, del pasado solo examinarlo y estudiarlo y apreciar sus valores en lo posible, porque el pasado es como fue y solo nos sirve no para borrarlo sino para ver lo positivo que nos sirva para construir el futuro.

Ahora ya desde hace años, la Iglesia y Convento de Madre de Dios están cerrados, nadie puede entrar y yo diría que los ciudadanos estamos carentes de información, no sabemos porque no se abre y continúa cerrado, sin duda estropeándose mucho. No tiene sentido tener así esta joya. No sé cómo es posible ello. No llego a entenderlo. Lo que creo es que no hay ganas de cuidar el Patrimonio de Antequera.

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